Los papeles de aluminio utilizados para envasar alimentos podrían tener riesgos potenciales para la salud.

Señoras, es hora de reconsiderar el papel de aluminio para el envasado de alimentos y buscar otras alternativas para mantener sus alimentos frescos y calientes.

Ya sea el almuerzo de la oficina o la lonchera de sus hijos, cuando se trata de almacenamiento y empaque de alimentos, una cosa que todos tienen en común es el papel de aluminio que ayuda a mantener los alimentos frescos y calientes.

Pero los hallazgos de estudios recientes podrían obligarle a reducir su uso en su rutina diaria.

Reducir el consumo de alimentos conservados en envases de aluminio puede conducir a una disminución de los riesgos potenciales para la salud, revela un último estudio. Los altos niveles de compuestos de aluminio pueden causar daños en los riñones, el hígado y óseos, así como trastornos neurotóxicos del desarrollo, entre otras cosas.

Para el análisis del estudio, se compararon entre sí los insumos de las diferentes fuentes del consumo total de aluminio por parte de las personas.

El BfR (Instituto Federal de Evaluación de Riesgos) basó su evaluación de la ingesta de aluminio de la población en los alimentos en los últimos datos de consumo y concentración, que mostraban las concentraciones medias de aluminio en las diferentes categorías de alimentos.

En general, el BfR desaconseja la preparación y el almacenamiento de, especialmente, alimentos ácidos y salados en artículos de aluminio sin revestimiento o en papel de aluminio. Si se reducen las fuentes de ingesta antes mencionadas y evitables, no se espera que la mayoría de los consumidores sufran ningún efecto adverso para la salud.

El BfR recomienda a los fabricantes tomar las medidas adecuadas para reducir la cantidad de aluminio en los alimentos. Estas pueden incluir, por ejemplo, el uso de materias primas con bajo contenido de aluminio o materiales recubiertos para procesar y envasar alimentos.