¿Quieres que tu relación dure para siempre? Escuche a estos neurocientíficos

Un interesante estudio de la Universidad de Colorado afirma que la clave para una relación duradera podría ser simplemente la distancia.

¿Quién hubiera pensado que el secreto de relaciones duraderas sería descubierto por neurocientíficos en lugar de poetas? Por extraño que parezca este pensamiento, la neurociencia tiene ahora la clave para establecer vínculos exitosos a largo plazo. ¿El secreto, preguntas? ¡Vaya, es la distancia!

En lo que parece un experimento para demostrar el dicho “la ausencia hace crecer el cariño”, neurocientíficos de la Universidad de Colorado Boulder han evidencia neuronal que demuestra que el anhelo de una pareja es un aspecto esencial de una relación exitosa.

Así es como los científicos llegaron a esta conclusión
Los autores del estudio utilizaron imágenes cerebrales para estudiar la actividad cerebral de roedores monógamos llamados topillos. Estudiaron a los roedores en diferentes intervalos de tiempo, a saber: cuando acababan de encontrarse con otro roedor; tres días después del apareamiento; y 20 días después de la convivencia.

Los investigadores querían comprender si los centros de recompensa en el cerebro de los ratones de campo se iluminan como lo hacen en los humanos cuando están con una pareja romántica. Pero para su sorpresa, eso no sucedió. Más bien, en los ratones de campo la actividad cerebral parecía la misma cuando estaban con extraños y con amantes.

Sin embargo, se informó un aumento significativo de la actividad cerebral cuando los ratones de campo estaban lejos de sus parejas o estaban a punto de encontrarse con ellos. Si bien los neurocientíficos no pudieron medir las expresiones de los roedores, sus escáneres cerebrales revelaron grandes grupos de células brillantes al separarse, lo que significa anhelo, que era aún mayor en los ratones de campo que habían estado juntos durante mucho tiempo.

“Esto sugiere que tal vez el reclutamiento de estas células para este nuevo propósito sea importante para formar y mantener un vínculo”, dice la autora principal del estudio Zoe Donaldson, profesora asistente de neurociencia conductual en la Universidad de Colorado Boulder.

Pero ¿por qué un estudio con roedores debería tener alguna relación con los humanos?
Bueno, para empezar, los topillos se han utilizado durante mucho tiempo para estudiar las relaciones humanas porque muestran rasgos sociales muy similares a humanos.

En segundo lugar, este estudio tiene como objetivo encontrar una explicación muy científica al tumultuoso estado mental en el que todos nos encontramos en este mundo ahora dominado por el distanciamiento social y los encierros.

“Estos sentimientos negativos que muchos de nosotros estamos experimentando en este momento pueden ser el resultado de un desajuste”, dice Donaldson. “Tenemos una señal neuronal que nos dice que estar con nuestros seres queridos nos hará sentir mejor, mientras que las restricciones prácticas significan que esta necesidad no se satisface. Es el equivalente emocional de no comer cuando tenemos hambre, excepto que ahora, en lugar de saltarnos una comida, poco a poco nos morimos de hambre”, concluye.

En definitiva, lo que el estudio demuestra es esto: los mamíferos monógamos (como los humanos) están especialmente programados para estar con otros.