¿Deberías utilizar aceites en pieles grasas? Encuentre la respuesta a esa vieja pregunta aquí

Aquí tienes una noticia: ¡la piel grasa también necesita hidratación! ¿Y adivina qué? Los aceites más adecuados para pieles grasas pueden hacer el trabajo. Así es cómo

La piel grasa puede ser una pesadilla: puede provocar brotes, brillos no deseados y dificultar que el maquillaje dure todo el día. Desarrollar una rutina para tratar la piel grasa es esencial, pero ahora que los aceites para el cuidado de la piel se están convirtiendo en la nueva “it-girl” de los estantes de belleza, surge la pregunta: ¿realmente debería tratarse el aceite con aceite? 

Pero primero entendamos qué hace que la piel sea tan grasa. 

Antes de profundizar, debemos comprender que la piel se vuelve grasa sólo cuando las glándulas sebáceas trabajan horas extras y producen demasiado sebo. Esto puede deberse a una serie de factores, como una mala alimentación, hábitos inadecuados de cuidado de la piel, hormonas e incluso genética. La grasa de la piel puede bloquear los poros y atraer la contaminación, solo para terminar en un círculo vicioso de acné y limpieza excesiva, lo cual es malo para la piel grasa. 

Cuando se trata de exceso de sebo, es bastante común mantenerse alejado del aceite o productos a base de aceite. Sin embargo, esto es extremadamente inexacto en la mayoría de los casos.

La piel grasa normalmente compensa la grasa (humedad) que eliminamos durante la limpieza y produce más grasa. 

Cuando usamos productos a base de aceite, el sebo de nuestra piel atrae el aceite del producto y lo disuelve, sin despojar a la piel de sus aceites naturales. Lo que significa que la piel permanece hidratada y menos grasa. 

Entonces, ¿cómo se deben utilizar los aceites para pieles grasas?

No todos los aceites son iguales. Cuando se trata de piel grasa, simplemente no puedes usar el aceite de coco, la manteca de cacao, el aguacate o el aceite de ricino que tienes en tu despensa. Estos aceites tienen una textura demasiado espesa y pueden obstruir los poros.

La clave aquí es encontrar productos para el cuidado de la piel con aceites no comedogénicos, es decir, aceites que no obstruyan los poros. Los aceites de argán, semillas de zanahoria, girasol, rosa mosqueta, bergamota y almendras son excelentes opciones si tienes la piel grasa.

Proporcionan vitaminas, minerales y antioxidantes clave a las capas profundas de la piel y, al mismo tiempo, regulan la producción de sebo. 

Puedes utilizar un limpiador a base de aceite dos veces al día, por la mañana y por la noche, para ayudar a equilibrar la piel. Alternativamente, puedes utilizar un aceite facial espeso como último paso de tu rutina nocturna. Recuerde, los aceites faciales son por naturaleza más densos que otros productos para el cuidado de la piel y tienden a bloquear la absorción de los sueros más ligeros a base de agua.

Al final…

No podemos negar el hecho de que el cuidado de la piel es una preocupación individual. Si bien los aceites pueden ser adecuados para algunas personas con piel grasa, es posible que no sean la mejor opción para otras y agraven sus brotes y rosácea. Habla siempre con tu dermatólogo o un experto antes de incorporar un aceite o un nuevo producto a tu rutina. 

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