Los humanos somos un animal social y eso no se puede negar. Si bien algunos encuentran reconfortante la soledad, puede aumentar la inflamación en el cuerpo.
Algunas personas se aíslan y otras son aisladas por otros; cualquiera que sea la razón, los humanos no están destinados a estar socialmente aislados y solos.
En un estudio reciente publicado en la revista Neuroscience & Biobehavioral Reviews, los investigadores han descubierto que el aislamiento social y la soledad pueden aumentar la inflamación en el cuerpo.
Para realizar los hallazgos, los investigadores analizaron 30 estudios previos para encontrar el vínculo entre el aislamiento social y la soledad con la inflamación en el cuerpo.
La investigadora del estudio Christina Victor, profesora de la Universidad Brunel en el Reino Unido, dice:
Nuestros resultados sugieren que la soledad y el aislamiento social están relacionados con diferentes marcadores inflamatorios. Esto demuestra lo importante que es distinguir entre soledad y aislamiento, y que estos términos no deben usarse indistintamente ni agruparse.
¿Qué es la inflamación corporal?
Según los investigadores, la inflamación es la forma en que el cuerpo indica al sistema inmunológico que sane y repare el tejido dañado y se defienda contra virus y bacterias. Si la inflamación no se cura adecuadamente, podría comenzar a dañar células, tejidos y órganos sanos y provocar un mayor riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares.
¿Qué tiene que ver la soledad con la inflamación?
Según los investigadores, el estado de aislamiento de otras personas se asoció con la presencia de proteína C reactiva, una sustancia proteica se libera al torrente sanguíneo pocas horas después de una lesión tisular y aumentan los niveles de glicoproteína fibrinógeno, que se convierte en coágulos sanguíneos a base de fibrina.
Curiosamente, los investigadores también identificaron que el vínculo entre el aislamiento social y la inflamación física era más probable que se observara en hombres que en mujeres, ya que responden de manera diferente a los factores estresantes sociales.
“La evidencia que examinamos sugiere que el aislamiento social puede estar relacionado con la inflamación, pero los resultados de un vínculo directo entre la soledad y la inflamación fueron menos convincentes”, dijo la investigadora del estudio Kimberley Smith, profesora de la Universidad de Surrey en el Reino Unido.
“Creemos que estos resultados son un primer paso importante para ayudarnos a comprender mejor cómo la soledad y el aislamiento social pueden estar relacionados con los resultados de salud”, concluye Smith.