Un estudio estadounidense masivo dice que no existe ningún vínculo entre el talco y el cáncer de ovario

En los últimos años, el talco se ha ganado la infamia gracias a su supuesto potencial cancerígeno. Sin embargo, un estudio reciente a gran escala no encuentra ningún vínculo entre los dos.

¿Qué es un verano indio sin salpicarnos con talco refrescante y fragante, verdad? Después de todo, si no nos estamos poniendo tan-thanda cool-cool, ¿es incluso verano? Incluso cuando el clima se vuelve más fresco y llega el invierno, el talco es imprescindible para muchos de nosotros para prevenir el mal olor corporal. Pero últimamente, este producto básico de higiene ha sido criticado por su potencial como causante de cáncer.

Sin embargo, en un giro reciente de los acontecimientos, un importante estudio dirigido por el gobierno estadounidense ha aclarado que el talco causa cáncer. El estudio tampoco encontró ningún vínculo entre el cáncer de ovario y el uso de talco en el área genital, citando datos de más de 250.000 mujeres.

El artículo apareció en el influyente Journal of the American Medical Association (JAMA

En los años 70 surgió la preocupación por una posible contaminación del talco mineral con amianto, que a menudo se forman uno al lado del otro en la naturaleza. Algunos estudios mostraron un mayor riesgo de cáncer de ovario entre las usuarias de talco, que se sospechaba que ingresaba a los ovarios a través de la vagina y el útero.

Pero el vínculo siguió siendo cuestionado debido al bajo número general de estudios realizados, y algunos de ellos fueron criticados por una metodología que introdujo un sesgo de recuerdo entre los participantes, mientras que otros no fueron estadísticamente concluyentes.

El efecto también es difícil de aislar porque los cánceres de ovario en sí son raros: sólo el 1,3% de todas las mujeres corren el riesgo de verse afectados durante su vida.

Por lo tanto, este estudio es de una escala sin precedentes.

En el nuevo artículo JAMA, dirigido por Katie O’Brien del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental, los investigadores sintetizaron datos de cuatro grandes estudios, que abarcaron datos de un cuarto de millón de mujeres desde 1982 hasta 2017.

Los estudios encuestaron a los participantes cada uno o dos años sobre un conjunto diverso de preguntas relacionadas con la salud, incluido el uso de talco.

La esperanza era que al aumentar el número de participantes fuera posible discernir efectos débiles con validez estadística, que habrían sido indetectables en una población más pequeña.

Entre las 252.745 mujeres seguidas durante un período medio de 11,2 años, 2.168 desarrollaron cáncer de ovario.

No se encontró una asociación estadísticamente significativa al comparar a las mujeres que habían usado polvo y aquellas que nunca lo habían usado. Tampoco se encontró ninguna asociación significativa al comparar la frecuencia o duración del uso.

Pero aunque el estudio es el más grande de su tipo y tiene el tiempo de seguimiento más largo, los autores dijeron que había varias limitaciones.

Estos incluyeron que dos de los cuatro conjuntos de datos omitieron información sobre la frecuencia y duración del uso.