El mindfulness puede ayudarte a lidiar con las emociones negativas y el dolor físico

Si últimamente te has sentido triste, es hora de utilizar algunas técnicas de atención plena para rescatarte. Sí, pueden hacer el truco.

A veces es un placer y otras no tanto. Sí, ¡así es la vida para ti! Casi todo el mundo tiene sus propios altibajos en la vida. Si bien pasar por emociones negativas y dolor físico puede ser difícil de manejar, es una parte inevitable de nuestras vidas.

Todo lo que podemos hacer por nuestra parte es tomar algunas medidas para estar en nuestro mejor nivel positivo. Y según los hallazgos de un estudio más reciente, publicado en la revista Social, Cognitive, and Affective Neuroscience, una simple introducción breve a la atención plena ayuda a las personas a lidiar con dolor físico y emociones negativas con mucha mayor efectividad.

El efecto de la atención plena fue tan pronunciado que investigadores de Yale, Columbia y Dartmouth descubrieron que incluso cuando los participantes eran sometidos a mucho calor en el antebrazo, su cerebro respondía como si estuviera experimentando una temperatura normal.

Se ha demostrado previamente que la atención plena tiene beneficios en el tratamiento de muchas afecciones como ansiedad y depresión, pero los expertos querían saber si las personas con ninguna formación formal en meditación y atención plena podría beneficiarse de una breve introducción de 20 minutos a los conceptos de atención plena.

“Es como si el cerebro respondiera a una temperatura cálida, no muy alta”, señaló Hedy Kober, profesora asociada de psiquiatría y psicología de Yale y autora correspondiente del estudio.

Para el estudio, los participantes fueron evaluados en dos contextos mientras se les realizaban escáneres de imágenes cerebrales: uno para evaluar la respuesta al dolor físico inducido por la aplicación de calor alto en el antebrazo y otro para medir su respuesta cuando se les presentan imágenes negativas.

En ambos contextos, los investigadores encontraron diferencias significativas en las vías de señalización cerebral cuando se pidió a los participantes que emplearan técnicas de atención plena en comparación con cuando se les pidió que respondieran como lo harían normalmente.

Aparte de esto, los participantes informaron menos dolor y emociones negativas al emplear técnicas de atención plena y, al mismo tiempo, sus cerebros mostraron reducciones significativas en la actividad asociada con el dolor y las emociones negativas.

“La capacidad de permanecer en el momento cuando se experimenta dolor o emociones negativas sugiere que la práctica de la atención plena también puede tener beneficios clínicos en condiciones crónicas, incluso sin una práctica prolongada de meditación”, dijo Kober.