Comprender la depresión: lo que necesita saber sobre un ser querido afligido

La depresión no es sólo tristeza y no es posible superarla sin más. Aquí explicamos cómo la depresión afecta realmente al cuerpo y a la mente.

A pesar de la prevalencia generalizada de la depresión, sigue habiendo una falta de conciencia sobre ella a nivel mundial. Uno de los malentendidos más comunes es equiparar la depresión clínica con la tristeza. Por lo tanto, se aconseja a las personas con depresión que “se animen” y “vean el lado bueno de las cosas” o incluso que “dejen de sentirse deprimidos porque no hay razón para sentirse tristes”.

La depresión no es una elección hecha por quien la sufre. Tampoco ocurre por falta de voluntad, debilidad o mala actitud.

Comprender lo que la depresión le hace a su ser querido…
La tristeza que experimentan quienes padecen depresión clínica es tan biológica como psicológica: el funcionamiento del cerebro se altera y hay disfunción de múltiples sistemas orgánicos, incluidos el sistema endocrino y el sistema inmunológico.

Si bien las estrategias de autoayuda pueden ser útiles (como ejercicio, yoga, meditación), especialmente para las formas más leves de depresión, a menudo se requiere ayuda profesional, ya que el tratamiento también puede requerir psicoterapia o medicamentos.

El desafío de reconocer la depresión clínica es que puede parecerse bastante al estrés común.

De hecho, el primer episodio de depresión clínica suele surgir en el contexto de un acontecimiento vital estresante.

Sin embargo, cuando la angustia emocional persiste mucho más allá del acontecimiento de la vida, se requiere ayuda profesional. Si alguien sufre de depresión, se sentirá peor cuando le digan: “supéralo”, “olvídate de lo que te molesta” o “piensa en positivo”. Esto es similar a decirle a alguien con un hueso roto que debe olvidarse del dolor y salir corriendo.

El dolor emocional de la depresión no puede cambiarse con la mera voluntad. Y decirle a alguien que sufre de depresión que se esfuerce más sólo empeora su sentimiento de culpa, vergüenza y soledad.

Es importante que las personas comprendan que la depresión es curable y que el tratamiento a menudo implica una combinación de diferentes enfoques.

Para las formas más leves de depresión, los cambios en el estilo de vida, como una alimentación más saludable, el ejercicio, la meditación y la psicoterapia, son muy eficaces. Para los casos moderados a graves, a menudo también se requieren medicamentos para tratar la afección.

Así impacta la depresión en el cuerpo
El cerebro es el asiento de nuestras emociones y las investigaciones han demostrado varios cambios que ocurren en el cerebro en la depresión clínica. Esto incluye una disminución de la actividad en áreas del cerebro responsables de la motivación y la energía, la memoria y un aumento de la actividad en los centros del cerebro que generan miedo y un funcionamiento alterado en las áreas que regulan el sueño, el apetito y las hormonas del cuerpo. un>

Además, las investigaciones muestran que la depresión se asocia con alteraciones en el funcionamiento del sistema inmunológico, un aumento de las hormonas inflamatorias en el cuerpo y una alteración generalizada del sistema nervioso. La depresión puede afectar y afecta todas las partes del cuerpo, y estos cambios son tan reales como cualquier enfermedad física.

En lo profundo del cerebro, la depresión causa atrofia de los nervios en áreas como el hipocampo: las células nerviosas comienzan a disminuir en tamaño y número. Afortunadamente, el cerebro, como el resto de nuestro cuerpo, tiene la capacidad de recuperarse y sanar, y se ha demostrado que un tratamiento antidepresivo exitoso da como resultado la regeneración de las células nerviosas y la restauración del funcionamiento saludable del cerebro.

Mucha gente teme a los medicamentos para la salud mental. Los medicamentos antidepresivos que se utilizan habitualmente se denominan ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) y no tienen efectos secundarios importantes.

No son “píldoras de la felicidad” porque no mejoran el estado de ánimo ni enmascaran la tristeza.

Más bien, restauran el funcionamiento normal del cerebro para que una persona esté libre del estado patológico de depresión y pueda volver a su funcionamiento normal.

Un especialista puede ayudar a comprender qué tratamiento se requiere; sin embargo, el primer paso es identificar y reconocer el problema y buscar ayuda. Los familiares y amigos también deben brindar apoyo y brindar un entorno propicio en el que la persona pueda salir y hablar abiertamente sobre lo que le molesta.

En conclusión
La depresión y otros trastornos mentales son el mayor desafío de atención médica que enfrenta nuestra sociedad, de hecho, nuestro mundo. Se prevé que será la causa número uno de muerte y discapacidad para el año 2030.

No podemos darnos el lujo de seguir ignorando la cuestión. No podemos avergonzarnos ni estar desinformados. Debemos tomar conciencia y utilizar este conocimiento para empoderarnos a nosotros mismos y a los demás.

Primero se debe abordar el estigma en todos los niveles: individuos, familias, proveedores de atención, formuladores de políticas, organizaciones, médicos.

Juntos, fortalecidos con conciencia y libres de estigmas, podemos vencer esta epidemia y vivir vidas más felices y saludables.